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Transformar este piso recién entregado de obra en un espacio turístico fue un proyecto muy especial. Los propietarios me dieron total libertad creativa y confiaron plenamente en mi visión. Buscaba crear un ambiente acogedor, con armonía y personalidad, donde cada detalle contara.
Por eso siempre pido a mis clientes que no visiten el piso hasta que esté terminado; suelo ajustar y cambiar elementos hasta que todo encaja. El impacto no es el mismo si se ve antes de tiempo.
Cuando la propietaria recibió las llaves y entró por primera vez, el piso estaba listo para alojar a su primer huésped. Se emocionó al ver el resultado y me dijo que era el mejor de todos sus pisos turísticos. Este cuidado detalle no solo genera emociones, sino que aumenta la rotación de huéspedes y permite subir el precio por estancia, incrementando así la rentabilidad del inmueble.
Saber que un espacio bien pensado emociona y genera confianza es la mejor recompensa para seguir creando juntos.
Una inmobiliaria con la que colaboro me recomendó a la propietaria de un piso recién reformado. Vivía fuera y confió en mí para convertirlo en un espacio atractivo, funcional y rentable. El reto fue integrar muebles que ya tenía con tres piezas antiguas restauradas, logrando equilibrio, armonía y calidez.
Pensando en quienes vivirían allí, cuidé cada detalle para que el piso resultara cómodo y práctico: una mesa extensible para recibir invitados, armarios más amplios para aprovechar el espacio, canapés con almacenaje y una distribución pensada para disfrutar del día a día. Cada elección tenía una intención: crear un hogar acogedor y listo para vivir.
El resultado superó las expectativas: el valor del alquiler aumentó en 400 € y se alquiló en la primera visita. Al ver el piso terminado antes de firmar, la propietaria cambió de idea y decidió disfrutarlo ella misma en sus vacaciones. Este proyecto demuestra que amueblar y decorar un piso para alquiler no requiere grandes inversiones y se recupera rápido, aumentando la rentabilidad desde el primer día.
La dueña de una inmobiliaria que había invertido en la compra y reforma de una vivienda en el centro de Sevilla me contactó para darle vida al piso y ayudar a los futuros inquilinos a imaginarse viviendo en él. La idea era clara: mostrar cómo podía aprovecharse cada rincón y qué cabía realmente en cada estancia.
En los pisos vacíos, el Home Staging marca la diferencia: acelera la venta y permite aumentar el precio. Para conseguirlo, combino muebles de cartón con piezas reales, creando espacios visuales y equilibrados que transmiten calidez y funcionalidad. En este caso, el piso no tenía cocina, y solo con colocar una cocina de cartón, la percepción cambió por completo.
El resultado fue evidente desde la primera visita: el espacio cobraba sentido, despertaba interés y generaba confianza. Ver cómo una vivienda pasa de parecer incompleta a convertirse en un lugar donde apetece vivir es lo que más me motiva. Y lo mejor es que, además de emocionar, estos proyectos mejoran la rentabilidad, aumentando la rotación y el valor de cada estancia.
Este piso llevaba dos años sin venderse y necesitaba varios arreglos y mejoras. Los propietarios, cinco hermanos que habían heredado la vivienda, confiaron en mí para darle un aire nuevo y moderno. Les propuse un relooking: pequeñas intervenciones con gran impacto, capaces de revalorizar la propiedad y aumentar su rentabilidad.
Ellos se encargaron de colocar un suelo nuevo, y mi equipo y yo nos ocupamos de transformar el resto. Pintamos los azulejos de la cocina y las puertas de los armarios, cambiamos tiradores y grifos, y añadimos césped en la terraza para aportar frescura y calidez. La decoración final se realizó combinando muebles de cartón con piezas reales, logrando una puesta en escena equilibrada, funcional y atractiva visualmente.
El resultado fue sorprendente: las fotografías generaron un gran interés y, en menos de quince días, el piso se vendió. Cuando los hermanos vieron el resultado, no podían creer que se tratara de la misma vivienda. Su reacción fue la mejor recompensa.
Pequeños cambios bien pensados pueden transformar por completo la percepción de un espacio, aumentar su valor y convertir una vivienda desactualizada en un hogar deseado.
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